RÚSTICA

Hoy me he puesto a contar, a medir, a calcular; y después a lo que me gusta más, que es cuando los números se escapan de las ecuaciones y dejan solas a las letras tramando historias para contar. Entre las manos: lijas, barniz, clavos; las formas se vuelven tacto suave, ilusión, expansión.

Me vuelco. Un poco de mí. 

Mientras, fuera, el viento me  llama para que vuele con él como lo hace el raitán intrépido que mora en los setos del jardín.  Observo los laureles agitados y auguro nieve.